Los detectives valientes

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Narrador: Érase una vez en un pueblo no muy lejano, un pueblo normal, como el tuyo y el mío, en el que nunca pasa nada emocionante…

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Piculín: ¡Hola amiguitos!

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Fantasma: “Aaaaaaa…”. “Buuuuuu…”.

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(Piculín se cae).

Piculín: ¡Puf! ¡Qué tropiezo más tonto! ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha sido ese ruido tan raro?

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Fantasma: “Buuuuuu…”. “Aaaaaaa…”.

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Piculín: Oye amiguitos, ¿habéis escuchado lo mismo que yo? ¿No será un fantasma? ¡Qué me muero del susto!

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Fantasma: “Buuuuuu…”. “Aaaaaaa…”.

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Piculín: Bueno, no será nada. Voy a buscar a mi amigo Toleto. (Haciéndose el chulito, se va por la derecha del escenario).

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(Aparece Toleto).

Toleto: Vamos a ver cómo va mi investigación sobre fantasmas. El otro día vi uno en una casa abandonada.

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Fantasma: “Buuuuuu…”. “Aaaaaaa…”.

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(Toleto se cae).

Toleto: ¡Puf! ¡Qué tropiezo más tonto! ¡Qué torpe!

¡Hola amiguitos! ¿Habéis visto por aquí a mi amigo Piculín? Lo estoy buscando para contarle una cosa increíble. ¿Se fue para la izquierda? ¿Se fue para la derecha? ¡Ay! Aquí estás, Piculín.

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Piculín: Toleto, te estaba buscando.

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Toleto: Yo también te estaba buscando a ti.

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Piculín: Bueno ¿qué me querías decir?

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Toleto: ¿Qué te iba a preguntar? ¡Ah, sí! Que el otro día vi en las noticias que un fantasma tenebroso estaba paseándose por todo el mundo. ¡Y tengo un miedo…! Así que estoy haciendo una investigación para ver qué puedo descubrir. Me gustaría que me ayudaras, ¿quieres?

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Piculín: Pero, ¿qué dices? ¡Qué miedo! Bueno, lo que tú di…

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Fantasma: “Buuuuuu…”. (Aparece el fantasma).

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Piculín y Toleto: ¡Aaaaaaaaa…!

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Piculín: Amigos ¿escuchasteis lo mismo que nosotros? Ahora sí me lo creo y tengo muuucho mieeedo.

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Toleto: Amigo, no te preocupes. Nosotros vamos a ser los detectives que descubran a este fantasma. Vamos a averiguar por qué está aquí y qué quiere de nuestro pueblo. ¿De acuerdo?

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Piculín: No estoy totalmente convencido, pero bueno, acepto.

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Toleto: Pues… Let´s go.

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Piculín: Pero ¿cómo se hace de detective? Nunca he hecho nada igual.

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Toleto: Yo tampoco, pero he leído muchos libros de detectives, con eso será suficiente. Lo primero que hacen los detectives es su equipaje. Así que ¡manos a la obra!

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Piculín: Venga, a qué esperamos.

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(Van a sus casas y vuelven a escena).

Toleto: Mira todo el material de detectives que he traído.

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Piculín: ¡Wow! ¿De dónde has sacado todo eso? ¡Herramientas y aparatos mágicos!

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Toleto: No es nada, me las ha prestado mi abuelo que es inventor y ha vivido muchas aventuras a lo largo de su vida. Pero eso no es todo; tengo también una máquina que nos teletransportará a cualquier lugar.

 

Piculín: No perdamos más tiempo. ¡Empecemos!

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Narrador: Y así fue como Piculín y Toleto comenzaron su aventura por distintos pueblos, ciudades y países del mundo, para encontrar al misterioso fantasma.

Preguntaron allá donde fueron, pero nadie sabía de su existencia. Cansados, y un poco decepcionados, volvieron a su pueblo y de repente…

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Toleto: (Asustado). ¿Quééé…? ¡No me lo puedo creer!

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Piculín: ¿Qué pasa?

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Toleto: ¡El-el-el… fantasma!

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(Ambos gritan). (Están a punto salir corriendo, cuando…).

Fantasma: ¡No os vayáis chicos! Esperad un momento, escuchadme. No os voy a hacer nada. Soy un fantasma bueno. Sólo quiero hacer amigos, pero llevo años intentándolo y no lo consigo. Todo el mundo se asusta de mí y sale corriendo y así, no hay manera.

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Toleto: (Temblando). ¿De-de-de verdad?¿Estás seguro que sólo quieres hacer amigos? ¿No has venido para asustarnos?

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Piculín: (Temblando).  No te-te-te creemos.

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Fantasma: Pues dejadme demostrároslo. No tenéis nada que perder.

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Toleto: ¿Qué hacemos, Piculín? ¿Confiamos en él?

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Piculín: Podemos intentarlo, lo tenemos delante y seguimos vivos. Así que puede llevar razón. Además, cuando se enteren en el pueblo de que tenemos un amigo fantasma, nos vamos a hacer muy famosos. Vamos a ser “Los Valientes del Pueblo”.

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Toleto: Tienes razón.

De acuerdo, fantasma. Seremos tus amigos, pero todavía no nos has dicho tu nombre.

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Fantasma: ¡Bieeeen! Soy Chas. ¡Qué alegría! Me habéis hecho muy, muy, muy feliz.

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Narrador: Y así fue como desde aquel día Piculín, Toleto y Chas se hicieron amigos y vivieron juntos grandes aventuras. Realmente se hicieron muy famosos en el pueblo. Tanto es así, que hasta le pusieron sus nombres al parque de los columpios: “El parque de Piculín, Toleto y Chas”.